Qué
es Dios, no es posible decirlo, es todo, la plenitud, el origen de
todo. Es el que da todo y el Hijo quien posee todo, ya que él recibe
todo del Padre. El Padre es quien posee toda la caridad y la da al
Hijo, el Hijo es el que recibe toda la caridad y por tanto quiere
hacernos partícipes de la caridad porque él la ha recibido con tal
superabundancia. El ser del Padre y del Hijo juntamente no es sino
flujo de caridad (...). Pero este estar juntos no es suficiente para
la plenitud de la caridad.
Así también la caridad entre el Padre y el Hijo no es un círculo cerrado, antes bien de su caridad nace una vez más un nuevo manantial El nuevo manantial es el tercero en Dios, el Espíritu Santo. El es la completa aspiración de su caridad, el eterno movimiento entre el Padre y el Hijo, la eterna fuente de la vida en Dios, aquél que transforma todo cumplimiento entre ellos en principio y pone el origen. Es la unidad eterna de aquellos que están siempre frente al otro en la caridad». Adrianne von Speyr