miércoles, 25 de diciembre de 2013

sábado, 21 de diciembre de 2013

miércoles, 18 de diciembre de 2013

Mi Amado es para mí y yo soy para mi Amado.

Ya toda me entregué y di,
y de tal suerte he trocado,
que mi Amado es para mí
y yo soy para mi Amado.

Cuando el dulce Cazador
me tiró y dejó herida,
en los brazos del amor
mi alma quedó rendida;
y, cobrando nueva vida,
de tal manera he trocado,
que mi Amado es para mí
y yo soy para mi Amado.

Hirióme con una flecha
enherbolada de amor,
y mi alma quedó hecha
una con su Criador;
Ya yo no quiero otro amor,
pues a mi Dios me he entregado,
y mi Amado es para mí
y yo soy para mi Amado.
STA. TERESA DE JESÚS

sábado, 14 de diciembre de 2013

PARA QUE EN LA HORA DE LAS TINIEBLAS

¡Oh, María, Madre mía! Bajo vuestra mirada escribo estos pocos recuerdos,

a fin de que en la hora de las tinieblas, de la prueba y de la tentación, 

me acuerde de que estas cosas me fueron dichas por el Ángel 

que vos me habíais dado 

para guiar mis primeros pasos en la vida religiosa; 

es él, lo sé, 

quien

desde lo alto del cielo me acompaña aún 

y guía mis últimos pasos.

Sta. Teresa de Lisieux

martes, 10 de diciembre de 2013

LA VIDA DEL HOMBRE

Juan Bautista saltó de gozo 

en el seno de su madre al

acercarse Nuestro Señor 

(Lc 1, 44), y más tarde, desterró toda tristeza el día que halló a Cristo (Jn 3,29). Jesús,  inundado él mismo de la felicidad beatífica, quiere que ésta  se refleje en el alma y la frente de los suyos: "Que mi gozo  sea en vosotros y vuestro gozo sea perfecto" (Jn 15,11).

Nadie puede arrebatarnos esta alegría porque brota "de  nuestra comunión... con el Padre y con su Hijo, Jesucristo".  (Jn 1, 4).


¿No es el Señor quien nos dice que "no hay bien superior a la
 alegría del corazón" (Ecl 30, 16), que esa alegría es "la vida del
 hombre" (ib. 22)? Dom Esteben Chevevière

sábado, 7 de diciembre de 2013

ORAR ES APRENDER A REÍR Y BAILAR

"En cuanto tu saludo llegó a mis oídos, saltó de gozo el niño en mi seno" (Lc 1,44).

María va a visitar a su prima Isabel que está embarazada de seis meses y, al saludarla ésta siente que el niño se le regocija en las entrañas. Ya podéis suponer que es una manera de expresar el gozo profundo que vive Isabel, y que Maria está tan llena del Espíritu de Dios que sólo su saludo contagia incluso a Juan en el vientre de su madre.

Este gozo es algo que descubrimos al orar cuando nos sentimos en las manos de Dios, enraizados en Él.

Orar es saltar de gozo, no dejando que la tristeza nos hunda y acobarde. Juan salta de gozo ya en el vientre de su madre y, así, toda su vida partirá y tendrá sentido a raíz de este hecho, como un don, un regalo anterior a ningún mérito ni esfuerzo para vosotros y para mi. De otra manera, se puede decir que Dios ha sonreído sobre nuestra vida antes de que naciéramos. Dios nos amaba antes de nacer. En este cariño de Dios se asienta nuestra confianza y nuestra responsabilidad de vivir saltando de gozo, es decir, no atrincherándonos pasivamente en la seguridad que nos da lo que ya tenemos aprendido, conocido, hecho o vivido. Saltar de gozo aunque temblemos de incertidumbre abriéndonos a lo nuevo.

Juan el Bautista saltó de gozo, fue fortalecido con el Espíritu Santo.

Orar es aprender a reír y bailar. Si, aprender a sonreír en todo momento, especialmente en la dificultad, porque la alegría ahuyenta la melancolía y "danzar" descongestiona lo que está agarrotado, bloqueado. Bailar como David ante el arca de la Alianza, como quien tiene un gran gozo dentro del cuerpo. Bailar como quien se deja llevar del Espíritu y pone en fuga el miedo al qué dirán y a lo que oprime.

¿Quién ha dicho que orar sea algo triste y aburrido? Miguel Martínez Calle - Riesgo de la confianza

miércoles, 4 de diciembre de 2013

SOLOS CON JESÚS Y EN JESÚS LOS HERMANOS

Es necesario el paso de la contemplación de la humanidad del Salvador a la atención a los hombres presentes en el corazón de Cristo. El padre Voillaume, definiendo al Cristo total como objeto del acto contemplativo, había dicho: «Ver a Dios en los hermanos»; el filósofo campesino del Garona corrige levemente: «No precisamente en ellos, sino más bien, a través de ellos, detrás de ellos nosotros vemos a Jesús y su amor por ellos (...) Contemplar a Dios a solas, a Dios sólo en la humanidad de Jesús; contemplar a Jesús a través del prójimo que él ama y que nosotros amamos, he aquí los dos caminos de la contemplación más altamente deseables para el hombre empeñado en las labores del mundo».

Ver a Jesús en los hermanos significa encontrar «en la pobre naturaleza humana a Jesús». Camino difícil en una «oración árida y casi demasiado pura para nuestro débil corazón porque, mucho más inconsciente que consciente se produce en la fatiga de nuestros miembros y de nuestras facultades conscientes, más que en el reposo en el que ellas puedan gustar "qué bueno es el Señor". Para hallar este reposo, nos es necesario volver a la oración  en donde estamos solos con Jesús».
Jacques y Raisa Maritain